viernes, 15 de mayo de 2009

LA RESPUESTA ES… FE


Es sabido que la idea de Dios o de Dioses, ha existido a lo largo de la historia de la humanidad, están las mitologías griegas, las historias de los aztecas, los mayas, etc. Por lo que la palabra Dios o el término de Dios es algo ya muy familiar para nosotros y forma parte de nuestro vocabulario, cultura, etc. Como todos sabemos o lo que entendemos la idea de Dios es ese nombre que se le da a un ser supremo que nos dio la vida.


Desde mi particular postura la cuestión para mi desde hace algunos años fue creer o no creer y en caso de decidir creer en algo saber en qué y porque, estar completamente convencida de que es en lo que creo. Comencé creyendo después de conocer un poco la historia de la humanidad que todos los seres humanos han tenido siempre la necesidad de creer en algo superior, que responda a aquellos sucesos naturales a los que no se les ha encontrado ninguna explicación. Dios ha sido la respuesta a lo inexplicable.



La trascendencia un proceso natural en todos los seres humanos, fue lo que me llevo a investigar y entender un poco de que hablan y de que tratan las religiones, crecí en una escuela católica, pero eso no fue impedimento para que me cuestionara sobre las religiones y la idea de Dios, llegando un momento de mi vida a negar el hecho de que solo se podía trascender mediante una religión y aun sigo creyendo que la trascendencia es personal y va mas allá de creer en algo superior, es para mí trascender igual a creer en mí y crecer como persona, como un buen ser humano, consciente y respetando los derechos y la libertad de los demás.



Considero que las religiones representan una alternativa y una forma de vida con creencias y reglas especificas a las que se van adaptando las personas, existen una gran cantidad de religiones y de movimientos como la New Age, que van mostrando en lo que creen y ofrecen formas de trascender, las personas van decidiendo que les conviene para su forma de vida y que no.



Mi problema quizá con las religiones siempre ha sido el egoísmo de predicar que su Dios es el único y verdadero y que es el único que los salvara, llevándolos a la vida eterna, es esa poca apertura de aceptar otras creencias y son algunas guerras religiosas las que me perturban, pero deje de molestarme con la idea cuando me di cuenta que eso tiene poco que ver con lo que en un inicio es la historia de Dios, todas estas ideas son más bien producto del ser humano, que ha tomado los escritos sagrados y los ha convertido en armas, con interpretaciones que pueden estar llenas de amor, pero que no dejan de alejarse de la realidad.



¿Cómo podría creer yo en un Dios que castiga? ¿En un Dios que permite el hambre y la pobreza? Son quizá esas preguntas que no he podido responder, las que me han llevado a creer que sí efectivamente existe algo que comenzó con la vida, no sé que es ese “algo”, no lo entiendo, no lo conozco, pero puede ser desde un punto de energía, hasta una flor, puede ser todo o nada.



Fue a lo largo del curso El Hombre y el Dialogo Trascendente, que profundice un poco más no sólo en las religiones sino que en todas las creencias que se han generado alrededor del mundo, fue cuando pude finalmente entender que el hecho de que yo no crea o no esté de acuerdo con algunas ideas, no significa que estas no ofrezcan respuestas que satisfacen a sus miembros, que les dan esperanza, y que después de todo responde a sus preguntas con Fe, algo que a veces extraño y que recupero cuando me doy cuenta que tal vez si voy caminando en el mundo sin alguna religión, sin saber que o quien es Dios, sabiendo que hay un sinfín de cosas que seguiré cuestionando, pero con la certeza de que en toda esta historia, en las clases, en mi vida, encontré la respuesta o la sensación de respuesta y certeza en mi vida que muchas veces se basa en lo que han llamado FE, es fe en las personas, en mi familia, en mis amigos, es ese algo que tampoco se ve, pero que se siente y es confiar en esa nada que es un todo.

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